Después de tantos años de estudiar yoga y espiritualidad y la parte etérea de ella, comenzar a estudiar las plantas, el territorio, las hierbas medicinales, comenzar a interactuar con el suelo, con la tierra, con el terreno, me ayudó a desarrollar una espiritualidad arraigada, una espiritualidad terrenal.
Puedo ver el espíritu de las cosas aquí en el suelo, en los ciclos de la Tierra, de la Luna, los ciclos de las plantas y las personas. Todo en la tierra son ciclos, todo por lo tanto, en nuestras vidas son ciclos. Somos seres cíclicos.
Cuanto más tiempo paso al aire libre tocando la naturaleza, cosechando solo lo que efectivamente voy a usar para un fin determinado, más entiendo cuál es el significado de todos estos ciclos para mí y para mi crecimiento espiritual.
Es la primera vez que experimento una espiritualidad conmovedora, entrando en contacto real con algo altamente espiritual y, por lo tanto, aterrador. Mis manos tiemblan al cortar las flores, la creación más sutil del mundo vegetal…
Es la primera vez que siento que puedo tocar el concepto de espiritualidad y no solo imaginarlo, sino sentir su aroma, ver sus colores, probar sus sabores, tocar su textura … este sentimiento es el sentimiento más humilde que he sentido.
Me pregunto: ¿cuál es el derecho de tocar e intervenir en toda esta belleza? ¿Qué me da derecho a cortar una flor? y eso me hace pensar en los procesos en los que me embarco.
Solo corto una flor si voy a hacer una medicina que me ayude a estar más en contacto con la naturaleza, más en contacto con la espiritualidad.
Les pregunto a las flores cuando las recojo, ¿cómo puedo ayudarlas? ¿Cómo puedo intervenir de forma positiva en este entorno perfectamente equilibrado? Les pido que compartan conmigo sus conocimientos sobre cómo puedo ser menos egoísta, qué puedo dar a cambio de toda esta abundancia.
Mientras colecciono Impatiens me doy cuenta de mi propia impaciencia. Me doy cuenta de cómo hago las cosas torpemente sin gracia, dudando de mí misma, insegura. La falta de confianza y el pensamiento de que actuar rápido y terminar las cosas es mejor que tomarse un tiempo para sentir, tomarme un tiempo para reconocer mis emociones. Así que le pido a Impatiens que me ayude a encontrar el tiempo para reconocer mis emociones antes de actuar.
Me llevo los espíritus a casa mientras camino de regreso con mi bolsa de flores …
Quiero que me conozcan para que puedan ayudarme a mejorar, para que puedan ver mi vida y ver mis posibilidades y mis energías y, con suerte, ayudarme a equilibrarme para ser un mejor humano.
“Son bienvenidos a mi casa porque no tengo nada que esconder, estoy desdoblada, estoy dispuesta a mostrarles mis secretos más oscuros con la esperanza de la transmutación. Me ofrezco humildemente, y ofrezco mi propia experiencia de vida, a los espíritus de la naturaleza, colaboremos, actuemos juntos para ayudarnos unos a otros.»
